martes, 5 de julio de 2011

Peligro: recién casados

Hace un par de semanas o así estaban de obras en el centro de la ciudad donde curro, así que me fui por un camino alternativo por el que en lugar de pasar por la calle principal hacia la estación, me meto entre callecitas residenciales. Pues casi al final, y ante mi asombro, me encuentro en un jardín una señal enorme de peligro con dos pares de pies, unos hacia arriba y otros hacia abajo (no sé cómo explicarme, pero daban una idea perfecta de a qué se referían). Entonces miré a la ventana y lo entendí todo perfectamente: una cenefa de esas que suelen poner Happy birthday pero en esta: Recién casados. Sorry, pasé hoy otra vez por la calle pero ya han retirado la señal, debe ser que daba demasiados detalles, jaja.

Aja... no entiendo esas manías locales de exponer en el jardín todo lo que ocurre en la casa. Cuando nace un bebé, ese jardín parece un rastro: cigüeñas empotradas en las ventanas o colgando de la terraza, figuras de dibujos animados con el nombre bien grande del niño o niña (el otro día me traumaticé porque a un niño le habían puesto... ¡¡Anno!!, por dios, que no le manden de intercambio a España), bebes hinchables gigantes ante la entrada...

A este afortunadamente no le pusieron nombre de culo.

Cuando se cumplen los 50 también se monta la exposición en el jardín. Que si señales de 50, globos, banderitas, fotos del/a homenajedo/a, monigotes de una persona mayor, la fiesta en casa... Hasta me han contado que en algunos sitios contratan a una persona que se hace pasar por el monigote para cobrar vida ante los invitados que llaman a la puerta (esto será para ahorrarse un cubierto más).

No me extraña que aquí todas las casas tengan un jardincito en la entrada. Es para exponer su vida (aún más, porque mira que con el escaparate...).

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